Oficina Urbana

Producción, uso y consumo de ciudad

Enigmas contemporáneos

Hablar del crecimiento como factor determinante para la sustentabilidad de la ciudad es relacionar uno de los más significativos conflictos contemporáneos con las tendencias futuras de la organización social.

El aporte de esta inclusión se vincula con el necesario uso de técnicas estratégicas de desarrollo en la formulación de las políticas gubernamentales, sin embargo, en virtud al cambio de modelo operado en las acciones dirigidas y planificadas por el Estado, es necesaria una revisión de los instrumentos político-técnicos de gestión.

Así, la planificación pautada y ordenada por proyectos técnicamente predecibles ha entrado en una inevitable crisis, no sólo por aquella propia lógica intelectual de repensar y verificar la teoría a través del tiempo, sino por la influencia que la dimensión y la escala de la ocupación de las ciudades han tenido en el pensamiento contemporáneo.

Reflexionar desde la noción del crecimiento ilimitado proporciona al tradicional uso y consumo urbanos un punto de conflicto y al pensamiento dirigente un enigma.

La conciencia de lo ilimitado

Las teorías urbanas surgidas como respuesta a los cambios derivados de la modernidad tuvieron la aspiración de generar condiciones de imposición ideológica a través de planes generales, basados en normar y reglamentos para regular el sistema.

Hoy el catálogo de conocimientos aplicados a los conflictos de a época desborda, hacia el siglo XXI exige una nueva declaración, a fin de encontrar el lugar apropiado para otra mirada y así aproximarnos propositivamente a los efectos surgidos por la acción de los modelos políticos y económicos, incorporados en la transformación de las ciudades.

En este proceso, el devenir de la gran ciudad hacia la complejidad de la metrópoli, se presenta como uno de los temas claves para comprender los cambios derivados de la nueva escala.

Como parte de estas modificaciones, analizar la ciudad y sus ciclos históricos, resulta importante en la medida en que el desarrollo urbano sea argumentado con base en criterios de consenso.

Esta necesidad de recalificación de la ciudad como producto social es fundamental toda vez que se trata de la manifestación de la calidad de las ideas y de las decisiones que, de manera conjunta, las administraciones comunales y los ciudadanos producen sobre ella.

Las políticas aplicadas explican por lo tanto la actualización y la capacidad de los actores implicados en ellas, entendiéndose de esta manera la importancia de aplicar teoría e investigación sobre este tema al trascender el puro interés intelectual y abordar una de las problemáticas más determinantes de la condición social-urbana futura.

La transformación de la ciudad

Si la nueva noción de crecimiento se refiere a lo ilimitado e indiscriminado, en la ocupación pareciera que in camino apto al definir la calidad de habitar incluye la recalificación del territorio a través de las tendencias futuras, como el valor agregado estratégico clave, donde se entrecruzan la tradición y la modernidad de la ciudad.

En este sentido es de gran valor centrar el interés en la aparición progresiva de las nuevas condiciones urbanas de las ciudades en función de los aspectos derivados de la globalización política de la cultura y la economía. A la reconocida diversidad y dificultad para producir las condiciones del desarrollo en las ciudades, se suma el ingrediente de la internacionalización, en donde las calidades diferenciales promueven los modos de acceder a los sistemas de producción, transacción, uso y consumo, modificando el mapa de relaciones locales y globales dentro del concierto de ciudades.

“Esta tendencia que se observa desde los inicios de los años 80 afecta de manera radical el papel de las ciudades. La globalización de la economía contribuye a que sólo un número limitado de países realice la mayoría de los flujos y transacciones internacionales y sólo algunas ciudades – principalmente New York, Tokio y Londres – consoliden su función de centros líderes”. (Nota 1)

Uno de los mecanismos manifiestos de este modelo en la ciudad es la frecuente relación de aspectos especulativos económico-financieros trasladados al campo inmobiliario, alentando hechos urbanos y/o edilicios, sujetos a factores circunstanciales, que desde la ocupación del territorio precipitan sinérgicamente las causas del desarrollo.

Ciudad y condición urbana

Detectar las claves del crecimiento de una ciudad a partir de los puntos más calificados de sus ciclos históricos, permite establecer ejemplos de apertura a otros criterios teóricos, que nos aproximen estratégicamente a las políticas de desarrollo urbano.

Uno de los factores más notables y que hace a la diferencia cualitativa del funcionamiento en las ciudades es cómo se piensa al habitante en esta otra dimensión urbana, respecto al uso y consumo de todo aquello que hace a su existencia.

“…La ciudad, la organización del espacio no se pueden concebir sobre la organización del individuo; hay que asociarlos con las características más o menos sociales del hombre, sobretodo porque el hombre no sólo utiliza energía exosomática en gran cantidad, sino que se rodea de artefactos exosomáticos fabricados con esta energía…En el interés por las formas de construcción de la ciudad inmediatamente se suscita el tema del uso de la energía externa…pues la energía interna, la del alimento, tiene una distribución normal sobre toda la humanidad, cuyo pico son las conocidas calorías, sin embargo, la energía externa computada por individuo varía extraordinariamente y este es el punto más importante al plantear los temas de ecología mundial…Esta energía externa, computada por kilómetro cuadrado del país, es la mejor medida del impacto ecológico…Son cosas que no ofrecen soluciones pero inducen a pensar…”. (Nota 2)

El primer paso para entender este proceso es admitir la existencia de fenómenos, hasta hace muy poco tiempo comprendidos como imposibles y que están motorizados sustancialmente a partir de la compleja y sofisticada red que hoy vincula cantidad de actividades, que se su existencia individual pasaron a integrarse a una sucesión de otras, principales, complementarias o alternativas y que la ubican en una posición considerablemente diferente a toda otra situación anterior.

Este fenómeno interactivo se explica desde la propia lógica de la multiplicación sucesiva de alternativas y en la abundancia y selección de la información, donde cantidad de puertas y nuevos caminos se abren a medida que se aborda la organización multidireccional del conocimiento.

Esta modificación esencialmente cultural ha provocado un cambio de hábitos sociales profundos y a su vez ha generado la comprensión de que éste es signo de un modelo radicalmente transformador del habitar humano.

Es así como progresivamente nos hallamos inmersos en un sistema dominado por una infinita red de múltiples direcciones y generadora a su vez de una nueva condición social en el individuo. Estos acontecimientos modifican la organización de nuevos lugares, en tanto antes todo ocurría en puntos o líneas, ahora esta nueva noción se explica desde la red, una geometría más compleja.

Trasladado a ejemplos: los multimedios de comunicación encuadradros en la red internacional informática; la macroescala de los grandes equipamientos comerciales y la derivación a múltiples servicios, desarrollando la organización nacional e internacional del marketing; la cantidad, variedad y disponibilidad de telefonía fija y móvil, el fax y la utilización de correos electrónicos en la innovación de los sistemas internacionales del transporte de la información, expresando la accesibilidad a las comunicaciones; la organización del trasporte a través del sistema de autopistas urbanas e interurbanas y la posibilidad del acoplamiento de líneas férreas y subterráneas en puntos estratégicos, para la generación de centros de transferencia; el movimiento y distribución de carga y descarga a través de centros de containers en puertos, aeropuertos y estaciones de ferrocarril y automotores, produciendo la renovación funcional del transporte y la distribución.

Estas transformaciones en el movimiento de las personas, los objetos y los mensajes han generado uno de los caminos más renovadores en la vida de las ciudades: La aparición de estas nuevas redes local, regional e internacional de transacciones económicas y sociales, que determina el uso y consumo hacia una tendencia de crecimiento ilimitado.

En este contexto, la contradicción es si las c8iudades así como están concebidas, están capacitadas para crecer y si sus organizaciones físicas, económicas y sociales poseen una estructura de ordenación, que alcance una nueva dimensión sin colapsar.

En este estado de las cosas comienzan a surgir nuevas fórmulas en la organización de la ciudad, definidas a partir de la elaboración de ideas estratégicas, que favorezcan el desarrollo más adecuado, en el marco de los conflictos del crecimiento, dentro de las estructuras urbanas ya desarrolladas.

Las derivaciones de la metrópolis en el marco del crecimiento ilimitado

“El problema ambiental no consiste en saber conservar, sino en aprender a trasformar. El desarrollo técnico seguirá exigiendo, como lo ha exigido hasta ahora, una profunda transformación de las cadenas tróficas y por lo tanto, de los nichos ecológicos. Si quisiéramos dejar intocado el stock natural, posiblemente la mejor solución sería renunciar a la tecnología y regresar al nicho que los primates ocupaban en la selva húmeda tropical, de donde nos sacó la evolución hace algunos millones de años”. (Nota 3)

Este factor es fundamental para comprender la organización de la ciudad desde las tendencias de red, hacia una integración, regional e internacional.

Las ciudades son hechos físicos donde se registran y dirimen las contiendas de intereses de grupos e individuos, que como tales no pueden estar expuestas a la disputa abierta y sin reglas, sino a la lógica de acuerdos concertados, donde se puedan orientar los objetivos sociales hacia estados integrados de la producción, del uso y del consumo. Vencer los límites de inercia y desconcierto en los cuales se organizan hoy los parámetros claves de la sociedad, establece las prioridades estratégicas en las cuales plantear el consenso futuro.

Las ciudades, en tanto organizadoras de la articulación de fenómenos naturales y artificiales, pertenecen enteramente a la decisión de quienes las habitan, por ende, comprender el grado de incidencia de cada acto, aumenta la influencia que emana de la conducta ciudadana.

Así el devenir de las ciudades depende de un nuevo grado de conciencias urbanas, donde la observación del crecimiento como dato estructural en la sustentabilidad de las ciudades, está vinculado con transformar la concepción tradicional centro – periferia, por una nueva definición de la metrópolis, como lugar superador donde se produzcan el encuentro transversal de asentamientos, infraestructuras y naturaleza.

Autor: ROBERTO CONVERTI

Notas:
1.Schneier Madanes, Graciela “Las formas de la ciudad a la hora de la globalización” Revista Arqui, Cifaup, Argentina.
2. Margalef, Ramón “Los Mágenes de los sistemas ecológicos”, Proyectar la Periferia, España.
3. Angel, Augusto, Memorias III Encuentro Hábitat Colombia, 1995, Memorias del Seminario Especializado “A la Búsqueda de Ciudades Sostenibles”, Santafé de Bogotá, Fundación Hábitat Colombia.

Medellín, marzo de 1996.

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